Ya os he explicado en otro post anterior cuando fuimos a comer al restaurante Canta el Gallo, una forma de asar el pescado, espetado, muy típica de Málaga en época estival. En estos meses los malagueños/as nos encanta ir a los chiringuitos y tomarnos unas sardinas “medianitas” con una buena ensalada de tomates y un tinto de verano o cervecita. A quién no le gusta este plan?????.
Pues este año hemos rizado el rizo, a mi primo Roky y a mi hermana la pequeña se les ocurrió hacer una moraga, para San Juan, día que siempre aprovechamos para vernos toda la familia en la playa y celebramos esa noche con una cena en la playa y cuando dan las doce un bañito en las playas del Palo, que es donde vamos.
Diréis, qué es una moraga ??? Es una forma de asar las sardinas o pescados ensartados en una caña , en una hoguera en la arena de la playa, cerquita del mar. Se prepara un buen fuego, y se van separando las brasas, alrededor de éstas se hacen montículos de arena un poco mojada, que es donde se clavan las cañas con las sardinas espetadas para que se asen, dándoles la vuelta a las cañas sin sacarlas de la arena para que se hagan por los dos lados.
En fin, nos pusimos manos a la obra para preparar la moraga para la noche del 23 de junio, y lo primero fue comprar la materia prima, unas sardinas medianitas, como decimos nosotros, que no sean muy grandes como véis en las fotos. El pescadero fue fantástico me las preparó muy bien colocadas en cajas de corcho, y con sal por encima de las sardinas. Así me las llevé a casa de mi padre.
Aquí viene otro de los pasos, y yo diría que el más importante, espetar las sardinas o introducirlas en las cañas. Las cañas las hace Diego Zamora , mi padre , hombre amante del mar desde que nació, y al que le une una relación estrecha y familiar con el mar, y es él quien me ha enseñado el proceso de espetar. Y voy a intentar explicar lo más fácil posible.
Las cañas como véis están afiladas por los dos lados siendo la parte más alta donde van las sardinas, las cañas son cóncavas, o sea ovaladas y la parte que está hueca, es la parte que se debe poner primero mirando hacia el fuego .
Bien, con la mano derecha (soy diestra), cogí la caña, con la izquierda, la sardina, y ahora, poco a poco, pero con decisión, introduzco el filo de la caña en medio de la sardina, en la zona del buche y pasando por medio de la espina y el lomo del pescado, la bajamos hasta el final de la caña que tiene un tope. Así una detrás de otra, con un promedio de 6 a 8 sardinas por espeto.
Por último, poner los espetos en el montículo que hicimos en la arena, mis prim@s M.Pepa, Antonio y mis amigos raquel y Guy, todos los niños que nos ayudaron, Francis, Nil, Laura, Carla, Gonzalo, Raúl, Cloe, Dakota… Y para coordinar ahí estuvo mi primo Roky, con un cubito lleno de agua donde se mojaba las manos cada vez que le daba la vuelta a los espetos. Los espetos deben estar inclinados y hacerse con las brasas a una distancia más o menos de 2 cuartas (que fue lo que me dijo mi padre).
Os puedo garantizar que quedaron fantásticas, que es un proceso laborioso, casi un ritual, pero que como decimos en Málaga nos pegamos una “jartá” de sardinas buenísmassssssssssssssssss!!!!!!!!!!!!!!! Y que, además, he aprendido hacer algo que es una tradición malagueña y espero repetirla para que no se me olvide.
Las sardinas las acompañamos de un buen pan, tomates picados y cervecitas frías,,,, de ESCÁNDALO!!!!!!!!!!!!!!!!!