Hace unas semanas, estuvieron algunos familiares de Salamanca por Málaga y decidimos en estos días de invierno que tenemos por el sur ir a comer a un chiringuito. Como era un martes yo pensé que estaría cerrado pero no!! Ahí estaba mi amigo Andrés (persona que lleva el chiringuito y dueño) sentado al sol esperando a los clientes para que prueben los “pescaitos” de nuestra costa.
El restaurante está en la playa del Palo. Es un barrio marinero donde yo nací y donde me baño desde que empieza la primavera hasta casi otoño. Son unas playas con una arena muy oscura porque es de pizarra, y el agua con una temperatura bastante buena durante todo el año. Tiene un gran espigón que hace las delicias de mis sobrinos porque andan todo el verano pescando en él.
Así que estuvimos en su restaurante, hay una carta amplia, donde predomina el pescado, las ensaladas, sus riquísimas paellas y lo mejor “los espetos” de sardinas. Los espetos son trozos de cañas partidas por la mitad y afiladas por ambos lados, se usan para ensartar varias sardinas a la vez y ponerlas al fuego. La caña debe penetrar por un lado del lomo de la sardina y salir por el otro. Si no se hace bien se puede romper la sardina. Esta foto es de Miguel Ángel Roman una imagen espectacular del fuego y el espeto. A mí se me olvido fotografiar este momento y he recurrido a esta magnifica fotografía que detalla perfectamente lo descrito.
Los espetos, pueden ser de sardinas o cualquier otro pescado, pero todos se asan en pequeños montículos de arena donde se clava el espeto , esta arena se encuentra dentro de una pequeña barca donde se hace el fuego y se pone delante de él la caña y se hace el pescado por todas partes y quedan riquísimos.
Nosotros éramos tres para comer, hemos pedido una ensalada mixta sobre 5€, una ración de pulpo frito 7 €, espetos a 3€ cada uno con seis sardinas y una paella para dos de marisco y carne “todo limpio” que es como se denomina a las paellas que el marisco no tiene cascara. Total los 3 comensales 40,40€.
Es un chiringuito algo antiguo,con solera familiar, que demuestra desde hace mucho tiempo hacer las cosas bien, por eso siguen dando una calidad más que aceptable y unos precios adecuados. Bien calidad- precio.